martes, 6 de diciembre de 2011

CRONICA VII DUATLÓN CROSS PERIANA- CAMPEONATO DE ANDALUCÍA

Hemos podido comprobar de primera mano la dureza de este duatlón cross. El domingo día  04 de diciembre disfrutamos de  la exigencia de este tipo de pruebas en una de las más duras del circuito un grupo de du-tri/atletas motrileños Algunos eligieron esta prueba para iniciarse en este tipo de competiciones. A quienes empiezan de lo más suave a lo más duro pero está claro que esto no siempre es así, y a quienes empiezan con lo peor para que luego todo lo demás parezca mantequilla….

Nada más entrar en Periana, uno cae en la cuenta de que la carrera no va a ser fácil cuando se asoma al mirador y comprueba la altura que separa al pantano del pueblo. Poco a poco tomamos conciencia que esa altura había que salvarla dos veces. Lo que desconocíamos era que la carrera a pie, que discurría por el interior del pueblo iba a ser nuestra peor pesadilla.

Tras recoger los dorsales, preparar las bicis, y meterlas en el box, nos dispusimos a trotar un poco y ver así parte del recorrido a pie. Calentamos por la parte más suave del circuito y ya nos parecía dura.

Con el sol ya en lo alto y una temperatura ideal para correr nos plantamos en  la línea de salida. Los jueces nos comunican en ese momento, que para cubrir las distancias homologadas a los circuitos de carrera a pie había que añadirles una vuelta más. Es decir, que el primer sector pasaba a tener tres vueltas, el segundo (a bici) se quedaba igual, y el tercero a pie tendría dos vueltas en vez de una. Claro, que en ese momento, no le dimos mucha importancia….

Empieza la carrera y al trote comenzamos a correr cuesta abajo primero…una avalancha de atletas abriéndose hueco por el entresijo de callejuelas que componían el circuito. El primer kilómetro en bajada y llano, pero una vez llegábamos a la plaza de la Fuente, empezaba el martirio. Una rampa continúa se nos plantaba de frente, bajando el ritmo frenético de la carrera y estirando el pelotón vuelta tras vuelta. La pendiente en continuo ascenso  nos extraía el resuello a más de uno y terminaba en lo más alto de Periana  dándonos un respiro para soltar piernas a lo largo de un paseo arbolado con pendiente a favor hasta su paso de nuevo por la línea de salida.

Con las piernas aún temblorosas tras las tres vueltas de rigor entrábamos en boxes, y a fuerza de gritos de ánimo del público presente, te ibas calzando y abrochando el casco. Sin apenas mirar atrás ya estábamos de nuevo en marcha, esta vez sobre la bici, y en vertiginoso descenso por una pista que nos dejaba en la cola del pantano. La bajada, aunque no era técnica se convertía en una trampa mortal por el agotamiento, sudor, desconocimiento del circuito y pendientes peligrosas. Un continuo chirriar de frenos, derrape de ruedas, salidas de curvas de unos u otros. Por fin, llegábamos abajo, un kilómetro en llano y de repente un grito de un colaborador:- ¡Frena, frena! ¡Hay un río!. Para cuando terminaba de decir “río” ya te encontrabas con la bicicleta en mitad de un cauce cubriéndote de agua hasta los pedales. La salida del río era otra trampa, barro embarrado. Parecía como si uno quisiera salir de una tarrina de margarina derretida en el microondas. Más de un pie a tierra arrastrando de la máquina para poder salir del lodazal.

Al momento, tras una curva a izquierda muy cerrada empezamos a subir. Era un primer tramo de ascenso en pista, algo pronunciado. Un llano y una pequeña bajada nos dejaba respirar para afrontar la verdadera cruz de la bicicleta. Una escalada en asfalto hasta el pueblo. Solo de pensar que aquello había que repetirlo de nuevo…..

Tras completar las dos vueltas en bici a este circuito y con las piernas algo más cargadas nos enfrentamos al último segmento a pie por el núcleo urbano, con la infeliz ilusión de que esta vez el circuito era más corto y solo había que dar dos vueltas. Infeliz, sí, infeliz, ¡Hubiéramos preferido hacer cuatro vueltas del otro circuito! ¡Qué rampas, por Dios! Qué carrera más agónica.

Lo mejor fue el tercer tiempo. Un surtido de comida para saciar a los más hambrientos mientras los jueces obtenían las clasificaciones.

Antonio Cardona (Cabila), aún a pesar de arrastrar un resfriado, y pese a estar en pretemporada se hizo con el segundo puesto en su categoría, vencido solo por Rubén Ruzafa que se llevó además el nº 1 de la general.

Nuestro Pepe Abarca quedó a un solo paso de hacer podium, con una cuarta plaza muy exigente en su categoría.

Enhorabuena a los debutantes y gracias a todos los acompañantes por animarnos.

2 comentarios:

  1. Estupendo.
    Pero fue el 04 de diciembre ¿no? has puesto noviembre...

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  2. Cierto... jaja, o sea que aun tenemos que volver a sufrir!

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